lunes, 27 de julio de 2009

¿Autores de Hollywood en extinción?


El diario argentino Página/12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/principal/index.html) ha publicado este artículo de Kaleem Aftab, periodista de The Independent, de Gran Bretaña, sobre el estado del Hollywood de hoy, controlado por ejecutivos de marketing, y el sombrío panorama del futuro.


"Este verano boreal, entre todos los blockbusters anónimos, remakes y secuelas que llenan los multicines, sólo una película estadounidense se estrena confiando en el poder de su director: Inglorious basterds, de Quentin Tarantino. Aunque Tarantino sigue siendo festejado –primero en Cannes, pronto en las salas de todo el mundo–, hay un sentimiento de preocupación acerca de la escasez de jóvenes directores norteamericanos con el necesario poderío para abrir un film. En el festival Tribeca celebrado este año en Nueva York, los titulares corrieron por cuenta de los siempre prolíficos Woody Allen, Steven Soderbergh y Spike Lee: ni un solo director fue mencionado como posible sucesor natural.


Ya ha transcurrido una buena década desde que Tarantino se convirtió en el último director estadounidense en ser celebrado como autor, un realizador cuyos films debían ser vistos no importara de qué se tratara o quién los protagonizara. Desde el lanzamiento de Pulp Fiction en 1994, varios directores norteamericanos amenazaron con convertirse en estrellas de la taquilla en el estilo de Martin Scorsese, Woody Allen y Steven Spielberg, pero mientras Paul Thomas Anderson (Petróleo sangriento), Sofia Coppola (Perdidos en Tokio) y Wes Anderson (Los excéntricos Tenembaum) recibieron aplausos (y algún ladrillazo ocasional), ninguno de ellos es marca de fábrica, ni sugieren un taquillazo garantizado. En un momento en el que robots parlantes y estudiantes de magia dominan la escena, parecería que los directores, o más específicamente autores, se vuelven progresivamente irrelevantes cuando se trata de las películas que el público quiere ver. Los estudios se volvieron más adeptos a las franquicias de marketing (piénsese en los interminables superhéroes y High School Musicals), o a recrear viejos programas de televisión y películas que, de un modo u otro, hacen que el director pase inadvertido.


Que Sam Raimi haya dirigido películas de El Hombre Araña no constituye ninguna noticia para la mayoría de la gente que fue a ver la trilogía. Las películas de Harry Potter son otra prueba de la irrelevancia del director: el enorme éxito de la franquicia significó que los productores fueran felices desembarazándose de los “nombres” que dirigieron las primeras cuatro –Chris Columbus en las primeras dos, seguido por Alfonso Cuarón y Mike Newell– en favor de un director de TV inglés, David Yates, cuyo mayor éxito hasta ahora ha sido la serie dramática de la BBC State of Play. ¿Y cuántos fans fueron a ver Transformers: Venganza de los caídos porque Michael Bay estaba a cargo? Más aún, superproductores como Jerry Bruckheimer y Harvey Weinstein son ahora más famosos que la mayoría de los directores en los films que ellos producen. Ahora que Will Smith es el único actor que garantiza una buena taquilla, los efectos especiales y personajes de historieta se han convertido en la verdadera atracción. El poder de un director para atraer público se ha vuelto casi inexistente. El autor es una raza en extinción.


1 comentario:

Anónimo dijo...

LO mejor de Holywood está en la TV gringa. Allí está el futuro, con esos guionistas increíbles de las series de televisión. Muchos actores, directores guionistas y productores de Hollywood trabajan ahoram en TV.