jueves, 12 de agosto de 2010

Festival de Lima: dos argentinas


El hombre de al lado

"El hombre de al lado" es una atractiva y lograda comedia argentina de Mariano Cohn y Gastón Duprat. Desmonta con minuciosa crueldad los estereotipos del insoportable porteño intelectual a la moda y el del atorrante que puede ser encantador y violento, seductor y matón. Los pone frente a frente, los hace convivir y disputar como vecinos desavenidos por una ventana construida sin autorización.


Lo que empieza como un enfrentamiento al estilo de "Big Business", el corto de Laurel y Hardy, sigue como un pulseo que se mantiene siempre a punto de estallar entre la amabilidad y la violencia. Los realizadores mantienen el tono del conflicto, lo modulan, saben encontrar el matiz delirante, exasperante, absurdo, ridículo y, al cabo, cómico de la situación. La actuación de Daniel Aráoz como el intimidante vecino es notable.

Vikingo

"Vikingo", de José Campusano, es una cinta extraña, irregular, absolutamente desequilibrada y, por eso mismo, interesante. Tiene dos registros. El primero es un acercamiento de estilo etnográfico al mundo de los moteros, marginales, desarragaidos, siempre "en la ruta". Es lo mejor de la película por su tratamiento desaliñado, visceral, de observación en bruto, de registro urgente, en directo, como si la escritura del filme se plegara al mundo bronco que muestra.

La "representación dramática", en cambio, tiene pasajes calamitosos, de humor involuntario, que son el resultado de la voluntad de Campusano de hacer un cine primitivo, sin afeites ni acicalamiento. "Vikingo" es la antítesis de "Alamar".

Ricardo Bedoya

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