domingo, 25 de septiembre de 2011

El dilema



"El dilema" es una de las películas más interesantes de este año y una de las mejores -si no la mejor- que haya dirigido Ron Howard. Sobre todo porque es insólita, irregular, extraña. Descoloca, se sale de lo previsto, prolonga la comedia hasta tocar el esperpento y se torna grave cuando nadie lo espera. El final es un mamarracho inaceptable pero antes de llegar a eso hemos visto cuatro o cinco notables secuencias, todas basadas en la ambiguedad de los sentimientos y las convicciones. Además, Vince Vaughn y Winona Ryder están formidables.


El conflicto tarda en despegar pero cuando lo hace la comedia de situaciones gira al negro y la exasperación lo trastorna todo. El personaje justiciero, amigo fiel, creyente en los valores, "mister morality", con el perfil propio de una película de Frank Capra, se convierte progresivamente en un obsesivo compulsivo, un posible amante despechado, un ser con cuentas que le pasan factura desde el pasado. El protagonista de una comedia de enredos se ve poseído por el espíritu del más desenfrenado y destructivo "slapstick". Por un lado, resulta gracioso; por el otro, su fidelidad suena tan amenazante como la de un asesino serial. Todo en la película oscila entre esos polos: ahí está la secuencia del encuentro en Vaughn y Ryder en un café para ajustar cuentas. La vieja amante se trnsforma en un monstruo del chantaje. Lo mismo ocurre en la notable escena del discurso sobre la "honestidad": el sentido común se cuartea, se cae a pedacitos, ya no es aceptable, no lo cree nadie. Frank Capra está sepultado.


Ricardo Bedoya

1 comentario:

Pepe dijo...

Discrepo en algunas cosas. Es verdad que hay secuencias interesantes y provocadoras pero son pocas. Para representar a la infidelidad de manera cómica hay otras formas más expeditivas. El film me resultó esquemático, con un actor protagónico como Vaughn que resulta repetitivo y descontrolado. Winona si está estupenda pero gracias a ella y su enorme talento. Howard sabe poner la cámara y eso es innegable. Pero, insinuar que es su mejor película es un exceso Sr. Bedoya. El dilema es algo que entretiene pero a la vez me incomóda porque se tropieza más de lo que avanza. Respeto su opinión pero no la comparto totalmente.